
RENACE LA INDUSTRIA EN TIERRAS EXPROPIADAS A MAFIOSOS
Un ex escondite de un capo convertido en un pequeño hotel y viñas que crecen en las tierras de la Cosa Nostra son parte de una tendencia en la que los bienes confiscados a las mafias italianas son entregados poco a poco a cooperativas que les dan vida y un rol social en zonas otrora fuera de la ley.
A unos kilómetros de Corleone, el clásico feudo mafioso, pegado a verdes colinas, se alza el ex escondite del sanguinario capo de la mafia Totó Riina, detenido en 1993 y encarcelado desde entonces.
En ese lugar se encuentra el albergue rural Terre di Corleone, que puede recibir a 16 personas y cuenta con un restaurante; fue "realizado con los bienes confiscados a la mafia" con un cofinanciamiento de la Unión Europea, apuntó France Presse.
A sólo 20 kilómetros de allí, una cooperativa administra en los ex lotes de la mafia el viñedo "I Cento Passi", en referencia a una película italiana sobre el asesinato de un joven siciliano, Peppino Impastato, que se rebeló contra la mafia siciliana.
El gobierno de Silvio Berlusconi aceleró las confiscaciones infligiendo importantes golpes a las tres grandes mafias del país: Cosa Nostra en Sicilia, Camorra en Nápoles y N'drangheta en Calabria.
El ministro de Interior, Roberto Maroni, utiliza estas capacidades como la principal herramienta en la lucha contra el crimen organizado, con 10.000 millones de euros (unos US$ 12.300 millones) y 15.000 bienes confiscados a la mafia en dos años.
En medio de las cavas de acero nuevas, un cartel azul recuerda: "Bien confiscado a la mafia".
"Estamos a la salida de Corleone, esta viña totalmente replantada prueba que podemos producir la excelencia, una producción en sus varietales más buscados, partiendo de nada", señaló Francesco Galante, de la asociación Libera, que lucha contra la mafia.
Pero no todo ha sido fácil. "Crear empleos en tierras que antes eran de la mafia nos colocó en una posición difícil: cometieron atentados contra nosotros, a veces graves, dos incendios, dos robos", cuenta Galante.
Libera también recuperó un centro ecuestre en un terreno que perteneció a la familia de Giovanni Brusca, conocido por haber disuelto en ácido a un joven para castigar a su padre por colaborar con la justicia.
La ley italiana permite a la policía confiscar un bien bajo sospechas, sin necesidad de un juicio de por medio.
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